País

500 caficultores de Los Santos piden auxilio económico al Gobierno para no perder sus tierras

El valle cafetalero sufre las consecuencias de un clima cada vez más impredecible, que, sumado a otros factores, año con año aumenta las deudas, siendo las más prontas a vencer en marzo de este año.

Marcelo Blanco pertenece a una familia de nueve hermanos dedicada al cultivo de café en San Lorenzo de Tarrazú, que como la mayoría de las personas productoras de la Zona de Los Santos sostiene deudas por la actividad, por las cuales se ha hecho cada vez más difícil responder.

“Está respondiendo lo poquito que tenemos… si empiezan a caer todos los cafetaleros, ¿qué vamos a hacer aquí?, si no hay otra opción que sea el café. Si cae una crisis, los bancos se llenarán de propiedades y tendrá que mantenernos el Gobierno, pero nadie quiere eso, queremos trabajar y pagar”, comentó a UNIVERSIDAD.

Blanco es uno de los 500 productores que, en una imprevista convocatoria, llenaron el martes 9 de enero el gimnasio de la Escuela de San Lorenzo de Tarrazú para exponerle al ministro de Agricultura su situación y pedir apoyo económico urgente ante pérdidas de millones de dólares que sufre el sector.

En la última cosecha de café, la producción cayó un 12% a nivel nacional a los estimado y fue un 10% menor que el año anterior , según datos del Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE). En la Zona de Los Santos se produjeron 151 mil fanegas menos, una caída que asciende al 19%.

“No hablamos de plata, lo que se ocupa es tiempo, tenemos menos de dos meses para resolver los primeros vencimientos de los créditos de este año que son en el mes de marzo y hay que resolverlo con urgencia”, dijo el gerente general de Coopedota, Christian Chinchilla.

Juan Carlos Álvarez, gerente de Coopetarrazú, señaló que entre sus 4 mil afiliados el año anterior se readecuaron alrededor de ₡1.000 millones en deudas con un préstamos del Banco de Costa Rica, pero que “hoy por hoy, haciendo números vamos a estar con ₡1.600 millones que los productores no van a poder atender”.

El café es la segunda actividad agrícola que acumula mayor salto de deuda en la cartera de crédito agrícola, según datos de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), en el 2022 ascendía los ₡43.292 millones y el porcentaje de deuda en riesgo de cobro judicial ha ido en sostenido aumento desde el 2019.

Cambio climático

“Yo les voy a caer mal porque yo soy de Sabalito y ahí todos los años se cae el café. Hay algo que se llama cambio climático y hay que preguntarse si esto pasó esta vez o seguirá pasando”, advirtió el ministro de Agricultura ante los 500 productores.

El cada vez más impredecible clima es uno de los factores que ha llevado a la actividad cafetalera a un “ciclo vicioso” de pérdidas en los últimos años, explicó Greedy Mora, uno de los productores de la zona que preocupado de un aumento catastrófico de la pobreza en la zona realizó la convocatoria.

La agricultura es una actividad económica altamente riesgosa que funciona como manecilla de reloj: por ejemplo, si la lluvia cae antes antes del tiempo previsto, el café se cae y se revienta, bajando el volumen de las fanegas y, por lo tanto, los ingresos.

El inestable clima también ha hecho más difícil lidiar con plagas y enfermedades como la roya, el ojo de gallo y la antracnosis, las cuales aumentan los costos de producción porque la mata requiere mayor “asistencia”, es decir, costosos fertilizantes, plaguicidas y la mano de obra que los aplica.

“Esto es lo que nos va quedando, plantas de café enfermas, tejido vegetal agotado con muy muy poca capacidad de producción para la cosecha 24-25”, mostró Mora en el gimnasio con fotos.

Escasa mano de obra

Gerardo Arias, productor y dirigente de microbeneficios de café, asocia el clima y la falta de mano de obra con la pérdida de la mitad de su cosecha 2023-2024, alrededor de 500 fanegas menos.

“El año pasado vi un productor que estaba sacando la licencia y me dijo que vio un corte de café y se echó a llorar, yo dije, ¿en serio se está cayendo el café? no sabía que me iba a tocar también. Somos muchos y nos sentíamos muy solos”, comentó.

A falta de interés de los y las costarricenses en recoger café, la mano de obra de los cafetales la constituye principalmente población indígena ngäbe que cada año viaja desde su comarca en Panamá a la Zona de los Santos. También hay un porcentaje importante de nicaragüenses, que los productores reportan cuesta cada vez más traer a los campos por los costos de ingreso al país.

El año pasado, la variación del clima adelantó la cosecha y parte de esta se perdió a falta de mano de obra disponible para recogerla, pero, además, importantes protestas en Panamá en contra de un desarrollo petrolero hicieron que incluso en las fechas tradicionales faltaran recolectores.

“Tradicionalmente llegaba la gente en noviembre y diciembre, cuando se adelantó la cosecha los trabajadores vieron nuestra desesperación y se dio una migración entre fincas para ver donde le pagaban más bonito y donde estaba mejor el café, y visualizamos que esa condición se va a presentar nuevamente este año”, explicó el productor Greedy Mora.

El productor Greedy Mora expuso ante las autoridades de Gobierno, bancos, cooperativas de café y 500 productores afectados las posibles soluciones a corto, mediano y largo plazo. (Foto: Katya Alvarado)

Falta de política pública

La falta de créditos blandos en Costa Rica para el sector agropecuario es una demanda generalizada en el sector agrícola y es la que empuja a los cafetaleros y a agricultores de otras actividades a poner sus casas y fincas como garantía de préstamos hipotecarios caros, ante los cuales con frecuencia pierden sus propiedades.

Créditos diseñados para el sector es una de las tantas demandas que dirigencias campesinas han sostenido las últimas décadas, tomando como referencia iniciativas gubernamentales de otros países de la región, pero no han obtenido respuesta.

“Este no es un tema en el que le vamos a encontrar una solución hoy, porque tenemos 40 años de abandono en los diferentes gobiernos y eso va a tomar tiempo si allá en la ciudad no quieren ver a este montón de campesinos debajo de puentes”, reclamó Arias.

La cartera agropecuaria aumentó un 15% entre el 2018 y el 2022, reporta Sepsa, pasando de ₡898 mil millones a ₡1.033 mil millones, y en el mismo periodo la morosidad aumentó un 37%.

Baja del dólar y precio del café

La cosecha de café 2021-2022 fue de 1.672 fanegas, un caída en la producción histórica a niveles que no se veían desde hace más de 30 años, y este año se registró el mismo nivel, pero el dólar —moneda en la que mayoritariamente se vende el café— pasó de un promedio de ₡642 en diciembre 27 del 2021 a ₡521 en el pasado 26 de diciembre.

“El tipo de cambio del dólar es quizá uno de los factores a los que hay que prestarle más atención. Si el tipo de cambio baja a 500 colones ninguna alternativa o medida va a ser suficiente para apoyar al sector ¿qué pedimos? estabilidad”, dijo Mora.

En el 2023, el dólar se depreció un 12% y este es el factor en el que más enfatizan los productores porque les permite compensar las pérdidas por baja producción, pero además porque sienten que el costo de las materias primas no han caído al mismo ritmo.

A esto se suma una leve baja en el precio del café por sobreoferta en el mercado internacional, pero este factor muestra tendencia a mejorar a finales del 2023, según datos de ICAFE.

Sin embargo, los productores también reportan menores ganancias por el “diferencial” o el porcentaje adicional que paga Estados Unidos y los países europeos por ser café de Costa Rica en sus diferentes calidades, un bono que se suma al precio de bolsa por prestigio.


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